Los clásicos «indie» resucitan dos veces

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Surfin' Bichos vuelve a los catálogos discográficos con «El mundo por los pies: 1988-2004», una caja que recoge todos sus discos con motivo del 25 aniversario de la salida de «Hermanos carnales», su obra cumbre

14 jul 2017 . Actualizado a las 05:05 h.

Surfin’ Bichos nacieron en 1988, cuando lo indie simplemente era raro. Y se disolvieron en 1994, justo en el momento la hoy omnipresente etiqueta empezaba a tomar forma por La piel del toro. Fueron exploradores solitarios del rock underground en la época la posMovida, precursores de muchas de las cosas que vendrían luego y todo un símbolo para aquellos que gustan de revolver en la rugosidad de la música española. Su catálogo permanece ahí, como un tesoro sónico. Se reeditó en el 2006, cuando decidieron volver a los escenarios con honores de leyenda. Y ahora vuelve a los catálogos discográficos con El mundo por los pies: 1988-2004, una caja que recoge todos sus discos junto a material inédito con una excusa: la celebración del 25.º aniversario de la salida de Hermanos carnales, su obra cumbre.

«¿Qué por qué hemos hecho esto? Porque podemos», pregunta y contesta Fernando Alfaro en la revista Rockdelux de este mes de julio en un extenso artículo sobre el reencuentro. La venda antes de la herida, previendo quizá críticas sobre el supuesto oportunismo de esta segunda reunión siguiendo la fórmula de la efeméride. Porque, por supuesto, a este lanzamiento le acompaña una gira, en la que se interpretará íntegro el disco para regocijo del grupo y los fans. En Galicia se les podrá ver en el festival Noroeste Pop Rock el 11 de agosto, tocando en la playa de Riazor para miles de personas. En noviembre de 1992 lo hacían al lado, en la sala Playa Club para un par de centenares de fans que los acompañaban en sus movimientos con linternas por los túneles sonoros de The Velvet Underground, Big Star o Leonard Cohen.

Precisamente a estos artistas honró el grupo de manera explícita en Family Album I (1993), un disco de versiones editado poco antes del testamento final de El amigo de las tormentas (1994). Se escribían aquí las últimas líneas de un grupo que dejó al menos dos clásicos inmortales -Fotógrafo del cielo (1991) y Hermanos carnales (1992)- y mucha turbación entre sus fans. Los rugidos susurrantes de Fernando Alfaro suenan de nuevo. También su oscura dulzura tan particular e intermitente. Y todo su universo embriagador.

SONY-LEGACY

La caja recoge todo el material grabado por el grupo, incluyendo como novedad la maqueta Cebolla sónica y un deuvedé con el documental Buzos haciendo surf y un directo del grupo del año 1993.